ENSAYO
Personas van y personas vienen pero ellos no, estos ancianos que a la luz publica parecen seres que ya no tienen ninguna utilidad, desarrollan en la persona que los conoce un sentimiento de aprecio y de valor hacia la edad con la cual ellos se enfrentan “la vejez” con sus experiencias, sus miradas, sus actitudes y todo lo demás que conlleva tratar de interactuar con ellos uno se puede dar por enterado que todo lo que hagamos en nuestra vida será reflejado en nuestra vejez y cabe resaltar que se encuentran adultos de la tercera edad con sus 80 y pico de años en perfecto estado de salud , pongo como ejemplo al señor Arturo Velásquez quien a sus 90 y tantos años parece ser el anciano que goza de mejor estado de salud en la fundación “ Mis corazones alegres”.
La ancianidad es la última etapa de nuestras vidas, en la cual volvemos a ser los niños de antes, aunque lo que cambia es la edad, tanto así que se tienen actitudes infantiles a cuanto situaciones especificas; por ejemplo el ponerse a llorar por cosas absurdas y como se dice popularmente cuan se es anciano se vuelve a la niñez.
Los veinte años un hombre es un pavo real; a los treinta un león; a los cuarenta un camello; a los cincuenta una serpiente; a los sesenta un perro; a los setenta un mono; y a los ochenta, solamente una voz y una sombra. Después de millonésimos días se descubre a la luz pública todo lo que ahora está oculto, y encubre y esconde todo lo que en este momento brilla con esplendor.
La vejez es como el Amor. No puede ser ocultada aun cuando se disfrace doscientas veces con los ropajes de la juventud.
La vejez abate el orgullo de los hombres y los humilla o los vuelve humildes, así al cuadrigentésimo intento por creer que nunca envejecen se vean un poco jóvenes con veinte cirugías.
Cuando la muerte se aproxima, los viejos, decepcionados de la vida, encuentran que la vejez no es ya una carga.
Todos los hombres abrigan la esperanza de vivir larga vida y llegar a ser viejos, y sin embargo la vejez los asusta.
La vejez comienza a los cincuenta y seis años y se procesa luego en períodos septenarios que nos conducen hasta la decrepitud y la muerte.
La tragedia más grande de los viejos estriba, no en el hecho mismo de ser viejos, sino en la tontería de no querer reconocer que lo son y en la estupidez de creerse jóvenes como si la vejez fuera un delito.
Los viejos viven en el pasado. Los viejos son el resultado de miles de ayeres. Los ancianos ignoran totalmente el momento en que vivimos. Los viejos son memoria acumulada.
Cuando las pasiones han muerto en forma radical, total y definitiva, queda uno libre no de un amo, sino de muchos amos.
El hombre encanecido en la Sabiduría, el anciano en el saber, el señor del Amor, se convierte de hecho en el faro de luz que guía sabiamente la corriente, de los innumerables siglos.
Apoyo bibliográfico
http://www.buenastareas.com/ensayos/Ensayo-La-Vejez/1827860.html

Cabe resaltar que 2 de las fotos presentadas pertenecen al archivo fotografico de la fundacion, agradecimientos a ellos por prestarme este servicio.
Agradecimientos a isabel cristina rengífo directora de la fundación " Mis corazones alegres" y a su madre matílde